Hola mundo!

Me enfrentaba a la incertidumbre de mi situación. No podía comunicarlo con claridad a los que me rodeaban. Este sentimiento de impotencia provenía de la falta de conocimiento. Me di cuenta de lo pequeña que era frente a fuerzas que escapaban a mi control.

Sin embargo, también llegué a apreciar que lo poco que sabía era increíblemente valioso. Era el resultado de años de investigación, reflexiones y el duro trabajo de otros antes que yo. A lo largo de mis 44 años, había aprendido mucho pero había compartido muy poco. Y me di cuenta de que eso era lo único que realmente podía hacer para dejar huella: transmitir lo que sabía.

La curiosidad me motivó a seguir adelante. Sentía curiosidad por lo que aún podía descubrir. Y lo que es más importante, tenía el impulso de compartir ese conocimiento. Durante años, creí erróneamente que mis conocimientos no importaban. Pensaba que la IA y la tecnología se encargarían de todo. Pero no: la IA sigue necesitando fuentes de conocimiento, y las ideas originales sólo pueden venir de nosotros, los humanos.

Dispuesta a escribir y compartir todo lo que pueda con cualquiera que esté dispuesto a aprender. Con ello pretendo ayudar a los demás a evitar muchos errores. A menudo los cometemos por falta de información o, lo que es peor, por desinformación. Mi tesis también aborda este tema.